MAGIA EGIPCIA



















En el Antiguo Egipto la magia y la religión estaban íntimamente unidas, hasta tal punto que, si se profundiza en el estudio de la segunda, inevitablemente se termina encontrando la primera. Es imposible separar la religión de la magia en la concepción de las creencias y prácticas religiosas de los antiguos egipcios.

Tradicionalmente, se ha querido considerar que la magia en Egipto era un mundo aparte de la religión, como una especie de disciplina inferior, fruto de la superstición de los egipcios. Esta idea, desacertada en su planteamiento maniqueo del simple enfrentamiento entre lo bueno y lo malo, debe ser revisada.

Los egipcios siempre fueron conocedores de las leyes que rigen el universo. Plantearon su explicación cosmológica desde claros axiomas tales como la adecuada inserción del hombre, una parte más de la creación, en el ámbito en el cual debía desarrollar su periodo de vida. Veneraron las potencias, manifestación de lo divino, como orden superior, y lo cultivaron.

Pero, para acercarse al mundo de sus divinidades o, mejor dicho, de lo divino, utilizaron toda una serie de herramientas propiciatorias que no fueron, sino lo que nosotros hemos llamado magia. Gracias a los actos favorables y a la armonía con la naturaleza, ellos esperaban alcanzar los objetivos propuestos, que iban, desde la obtención de una buena cosecha, pasando por la adecuada crecida del río Nilo, hasta la destrucción de los enemigos o la curación de las enfermedades. Todo ello, se alcanzaba por medio de la magia.

fuente: institutoestudiosantiguoegipto

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